Maite presenta “Igual, no.”, su primer disco con 9 canciones, todas nombres de hombre, hombres que le gustaban y con los que nunca tuvo relación en la vida real… los novios que no fueron.
La joven cantante y multifacética, interviene en la música para plantear un paradigma dentro del trato entre sexos. A través de nombres propios masculinos, se enfrenta a la mirada de todxs y plantea la cuestión de procrastinar, de poner en el otro lo que le toca a uno.
Luego de mucho tiempo de trabajo y esfuerzo, logró poner en melodías de pop el vínculo entre hombres y mujeres, cómo se modificó, la repercusión del empoderamiento de ambas partes y la reconfiguración de la idea de estar juntxs, disímiles y acompañados.
Maite habla de “cómo intentamos construir una realidad mejor para todxs a partir de nosotros mismos” y apela a que “es un disco de amor para lo que no tuve en general y que encontré de otras maneras”.
Con algunas letras previamente compuestas, arreglos y nuevas canciones, “Igual, no” empezó a tomar color. Finalmente, con una producción dividida en dos procesos, el disco cuenta con un sonido electrónico, pero tocado por músicos.
Con algunas letras previamente compuestas, arreglos y nuevas canciones, “Igual, no” empezó a tomar color. Finalmente, con una producción dividida en dos procesos, el disco cuenta con un sonido electrónico, pero tocado por músicos.
En la grabación participaron Rafael Villazon (teclados y magias varias), Marcelo Baraj (batería), Paco Arancibia (bajo), y los solos de guitarra fueron de Diego Olivero, Charlie Desidney y Santiago Segret. Fue un arduo y larguísimo trabajo pero que dio como fruto un disco con mucha música.
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