Nuevo disco de MacCarthy , "Todas las frases buenas", vuelve a dar otra vuelta de tuerca a su atormentado universo

Lo más fácil y resultón del mundo es hacer un disco de rock and roll, (o de blues), con cuatro riffs, cuatro ritmos básicos y cuatro tópicos sujetos con alfileres, (o metidos con calzador), en las estrofas. Los medios actuales, y el empecinamiento humano actual por conseguir sonar como tal o cual artista, instrumento o amplificador, se encargan con creces del resto. Se suple la ausencia de entrañas con una brillante carrocería.

En "Todas las frases buenas" lanzado el 13 de octubre del 2021, la banda española MacCarthy vuelve a dar otra vuelta de tuerca a su atormentado universo. Y se convulsiona como un poseso ante el estado de salud de la escena estatal de la que debería sentirse orgulloso de formar parte. Y donde debería encontrarse a gusto como pez en el agua. El género "Americana", con sus variantes; folk, country, gospel, blues, y sus respectivos representantes en castellano, inglés y otras lenguas, le resulta, salvo muy contadas excepciones, sonrojante. A pesar de los piropos y halagos de los críticos de turno.

MacCarthy convive con los estigmas de haber nacido pobre, y de haber crecido infeliz. Y con el eterno peso en su conciencia del fundamentalismo religioso. Con total incapacidad de integrarse socialmente, y nulas habilidades naturales para relacionarse con el sexo opuesto. No es un personaje de ficción para el cual se componen canciones en tono tragicómico. El autor es una persona de carne y hueso que sufre, maldice y reza.

En este último trabajo, de varios años de gestación, se incluyen temas escritos durante su adolescencia en los primeros 90s: "Revólver fantasma", "Cielo gris", "Mis botas están rotas" y "Cuando los hombres lloran", en perfecta comunión con el resto de los cortes de más reciente factura. Para algunos hombres nunca sale el sol, aunque lleguen a viejos. La experiencia es un sendero de baches invisibles donde caer irremediablemente. Según la época del año están llenos de agua, barro o afiladas piedras.

No se extrañe nadie pues, si la frase que abre el disco es "No le des los buenos días a quien no quiere despertar" y la que lo cierra es "es entonces cuando los hombres lloran". En medio, y haciendo honor al título, "Todas las frases buenas". Pero no. No es un tratado de literatura. Tampoco un compendio de moral. Se trata de un álbum de blues sin introducción, nudo, ni desenlace. El exorcismo espontáneo y pasajero de una forma de vida no elegida. Disfrutar el momento no es la alternativa válida para quien no existen buenos momentos. La opción es reírse de uno mismo y de verter lágrimas por uno mismo. El ropaje con el que se han vestido las canciones es trabajo de estudio, se ha peleado y discutido con uñas y dientes, se ha cedido y se ha sido inflexible. MacCarthy concluye que el mundo no ha conseguido hacer de él una mejor persona, ni será un lugar mejor cuando él esté bajo tierra.

Respecto a los anteriores discos, "Se trata de blancas", (2017), "Una educación protestante", (2013) y "Mi perro es una persona" (2011), cabe resaltar que "Todas las frases buenas" es que el que contiene más temas lentos, y desarrollos instrumentales más largos. También el que muestra un lado sentimental hasta ahora desconocido, pero a su vez una amargura y escepticismo en su máxima crudeza. Por acuerdo entre la banda y el sello Discos Polo, se editará exclusivamente en formato digital.

MacCarthy es Jonatán Uría (voz, coros y guitarras españolas), Juanmi Bosch (guitarras eléctricas y acústicas, bajos, teclados y coros) y Ginés Fernández (baterías, percusiones, grabación, mezcla y masterización).

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